Revista Digital Independiente
בס"ד
EDITOR: Rafael Ben-Abraham Barreto
La centenaria historia de los judíos de Melilla
Desde la creación de la Asociación Cultural Mem Guímel, se ha promovido la integración sirviendo como imagen visible de la comunidad judía, presentando la cultura judía sefardí en todas sus formas y participando en eventos de todas las culturas. Investigar y dar a conocer toda la historia, el patrimonio, la cultura, las tradiciones y el legado la han convertido en un puente de conexión con la vasta diáspora judía melillense a través de internet y las redes sociales..


La "Ruta de la Melilla Sefardí" narra la historia judía de Melilla. Se visitan diversos lugares, como el Museo Sefardí, el Cementerio de San Carlos, la Sinagoga, la ruta modernista de Melilla y barrios con una presencia predominantemente judía, como el Barrio Hebreo y el Polígono, según explica el presidente de Mem Guimel, Mordejay Guahnich. /FOTO CEDIDA
En esta edición insertamos un documento extraordinario sobre la Historia de los Judios de la Ciudad de Melilla (España), situada en el Norte de África, que nos ha remitido el presidente de Mem Guimel, Mordejay Guahnich.
En este reportaje se condensa la centenaria historia de los judíos melillenses, que han sobresalido por la conservación de las tradiciones y acervo cultural, social y económico a lo largo del tiempo.
Melilla es una ciudad española desde 1497, situada en el norte de África, en la frontera con Marruecos. Está conectada con varias ciudades españolas por mar (Málaga, Almería, Motril) y por aire (Madrid, Málaga, etc.). Su principal seña de identidad es su multiculturalidad: judíos, cristianos, musulmanes, hindúes y gitanos, junto con otras minorías, conviven en paz, respeto y armonía.
En 1862, sus fronteras se definieron de una forma inusual: mediante cañonazos. Tres disparos del cañón El Caminante ampliaron los límites de la ciudad; fueron lanzados desde la fortaleza Victoria Grande, dándole a la ciudad un nuevo perímetro de 12,5 km².
En 1863, Melilla, junto con Ceuta, las Islas Chafarinas y Alhucemas, fue declarada Puerto Franco. Sin embargo, en Melilla no había población civil para gestionar el comercio, que se beneficiaba de diversas ventajas fiscales. Dos años después, en 1864, un Real Decreto permitió la entrada de comerciantes judíos y musulmanes de origen marroquí. Los primeros en llegar fueron judíos de la ciudad de Tetuán, seguidos por algunos procedentes de Tánger, Casablanca y Gibraltar. Posteriormente, otros llegaron de la región del Rif. Los primeros residentes judíos depositaron su confianza en una ciudad que comenzaba a despegar económicamente e invirtieron en ella su capital, estableciendo diversos negocios. Entre ellos se encontraban tiendas de artículos de primera necesidad, la primera funeraria privada y la primera compañía de teatro. También invirtieron en bienes raíces e introdujeron un nuevo deporte: el tenis. Vivieron en la ciudad fortificada hasta finales del siglo XIX. El primer barrio fue El Polígono, pero su verdadera inversión inmobiliaria se situó en el centro de la ciudad, convirtiendo a Melilla en la segunda ciudad española con más edificios modernistas, después de Barcelona. Llegó a ser conocida como la Pequeña Jerusalén, Zión o el Triángulo de Oro. Pero hay mucho más. Melilla es el puente de retorno de los judíos a Sefarad (España), a pesar de que no existen pruebas documentales de judíos antes de la expulsión de 1492. Podemos confirmar que hubo enterramientos y poblaciones en otras ciudades españolas después de la expulsión, como en Madrid, Ceuta y Sevilla, alrededor del siglo XVIII. Pero fue en Melilla donde se asentaron como una auténtica comunidad y alcanzaron 16 hitos antes que el resto de España.
En el siglo XIX:
• Primera sinagoga, en 1866, perteneciente a la familia Salama (han existido un total de 26).
• Rabino Halfón Hachuel, cuñado de Jacob Salama.
• Cementerio de San Carlos (1870-1892), hoy incluido en la Ruta.
• Mikve o baño ritual.
• Jebrá Kadishá (sociedad funeraria benéfica). En el siglo XX:
• El Barrio Judío (1905), con calles llamadas Tel-Aviv, Tsion y Haifa.
• Primera comunidad judía organizada, fundada el 24 de mayo de 1908.
• Dayan Abraham Hacohén Z.L. (juez rabínico).
• Yeshivá (centro de estudios religiosos).
• Escuela Talmud-Torá (hoy, desde 2006, la única escuela judía privada en España).
• Shojet (carnicero kosher).
• Sofer (escriba de la Torá).
• Mohel (persona que realiza la circuncisión).
• Horno de matzá.
• Monumento al judío Yamín Benarroch (2004).
• El único Eruv de España (límite religioso que permite ciertas acciones en Shabat, como portar). Para 2025, habrá seis sinagogas, un Kolel (centro de estudios talmúdicos), una escuela privada con educación reglada, complementada con educación religiosa e historia judía, y su propia sinagoga. También hay dos tiendas, un restaurante kosher, un hotel kosher para Shabat y el Eruv, supervisado continuamente por la autoridad rabínica.
El gobierno local proporciona apoyo financiero anual para actividades comunitarias.
En diciembre, con motivo de Janucá, se celebra un evento público con comida kosher, una forma de demostrar la integración. Los judíos de Melilla pueden caminar libremente por las calles con kipá, entre otras cosas.
Desde la creación de la Asociación Cultural Mem Guímel, se ha promovido la integración sirviendo como imagen visible de la comunidad judía, presentando la cultura judía sefardí en todas sus formas y participando en eventos de todas las culturas. Investigar y dar a conocer toda la historia, el patrimonio, la cultura, las tradiciones y el legado la han convertido en un puente de conexión con la vasta diáspora judía melillense a través de internet y las redes sociales.
Otro de sus proyectos es la "Ruta de la Melilla Sefardí", que narra la historia judía de Melilla. Se visitan diversos lugares, como el Museo Sefardí, el Cementerio de San Carlos, la Sinagoga, la ruta modernista de Melilla y barrios con una presencia predominantemente judía, como el Barrio Hebreo y el Polígono.
Por todas estas razones, no podemos hablar de la historia contemporánea de Melilla sin mencionar toda la contribución de la comunidad judía. Han contribuido a distinguir la ciudad como una de las ciudades españolas con mayor patrimonio arquitectónico modernista, con más de 500 edificios de este estilo. Además, la llegada de los judíos propició la diversidad cultural por la que se conoce a la ciudad y de la que sus habitantes se sienten tan orgullosos.
Los judíos melillenses en la diáspora son los mejores embajadores de Melilla, manteniendo una relación especial con su ciudad natal o sus descendientes.
Fuentes:
• www.memguimel.es (sitio web con amplio contenido sobre Melilla y su historia judía).
• www.reenkontro.com (sitio web que promueve el turismo judío en Melilla).
• Redes sociales y WhatsApp +34 658 034 000 (para la Ruta Sefardí de Melilla).
• Promociones de viajes a la ciudad a través de www.bonosmelilla.es
El Pueblo Judío celebra Rosh Hashanah 5785 en tiempos difíciles
El Año Nuevo Judío señala el advenimiento de las festividades solemnes e introduce los días de penitencia anuales, los diez días de reflexión y examen personal (Yamim Noraim) que transcurren hasta Yom Kipur o Día del Perdón.
El pueblo judío, en Israel y la diáspora, celebra el Año Nuevo 5785 de la Creación de la Humanidad, que en esta ocasión acontece con la salida de la primera estrella, esta noche, coincidiendo con la salida de la luna nueva o novilunio. Rosh Hashaná, que en hebreo equivale a cabeza de año, tendrá lugar el jueves 3 y viernes 4, y en Canarias lo festejan en torno a unas 60 familias repartidas entre las Islas, mayormente, en Las Palmas de Gran Canaria, donde la comunidad es mucho más amplia, y cuenta con sinagoga, y en Tenerife, que desde 2021 cuenta con un centro provisional de Jabad Lubavitch, concretamente, en el sur de la Isla.
Este año, las solemenes festividades se verán un tanto alteradas por el dolor infligido por el terrorismo de Hamás en el sur de Israel, con la masacre del 7 de octubre de 2023, en la que fueron vilmente asesinadas 1.200 personas y otras 250 secuestradas, que derivó en la guerra en Gaza. A ello se suman los constantes ataques contra Israel, orquestados desde y por Irán, perpetrados por ese país, y las milicias Hezbolah en el Líbano, y del Yemen, y la nueva ola de antisemitismo en el mundo. Todavía quedan 101 personas en cautiverio secuestradas por Hamás, que esperamos sean prontamente rescatadas o liberadas. El episodio más reciente se ha vivido en las últimas horas con el disparo de más de 181 misiles y cohetes por Irán contra suelo israelí, con el saldo de una persona fallecida, y que amenza con la extensión del conflicto por todo Oriente Medio.
Rosh Hashaná tiene lugar los dos primeros días del mes hebreo de Tishrei. En ningún sitio de la Torá (Jumash o Pentateuco) se hace alusión a que el inicio de año sea a comienzos del séptimo mes de nuestro calendario. Esta solemne festividad se la define en el Tanaj como Yom Teruá (Día del Toque del Shofar) o Zicarón Teruá (Recordación del Toque del Shofar). También Rosh Hashaná se le identifica en la liturgia como Yom Zikarón (Día del Recuerdo) y Yom Hadín (Día del Juicio).
El concepto de Año Nuevo, tal como lo conocemos actualmente, aparece sólo en la Mishná (Repetición de la Torá) que indica: “El primero de Tishrei comienza el año calendario”. (Tratado de Rosh Hashaná 1:1). Sin embargo, el comienzo de los meses es en el mes de Aviv o de la primavera, que se le conoce como Nisán, en el que tuvo lugar el fin de la esclavitud y la salida de Egipto del pueblo de Israel.
El Año Nuevo Judío señala el advenimiento de las festividades solemnes e introduce los días de penitencia anuales, los diez días (Yamim Noraim) que transcurren hasta Yom Kipur o Día del Perdón. Gran parte de estos dos días festivos transcurre en medio de la plegaria y la introspección, en los que tiene lugar el toque del cuerno de carnero o shofar, que comprende varias asociaciones simbólicas, a excepción de si el primer día de Rosh Hashaná cae en Sábado, en que no se toca.
Rosh Hashaná no posee la alegría de otros días santos, como las tres fiestas de peregrinaje (Shalosh Regalim): Pesaj (Pascua), Shavuot (Semanas) y Sucot (Cabañas), y por tanto, en los rezos se omite el recitado del Halel.
Usos y costumbres
Las leyes y costumbres que rigen la observancia de la festividad de Rosh Hashana comprenden el remojado del pan empleado para la bendición (hamotzi) después del kidush (bendición sobre el vino) en miel en vez de sal y también trozos de manzana en miel, lo que simboliza la esperanza judía de que el año será dulce; se utilizan hogazas de pan redondas en la mesa en vez de la jalá plana (pan trenzado), se comen la cabeza de pescado y zanahorias, símbolos de liderazgo y fertilidad; se evitan las nueces, dado que en hebreo (egoz) nuez equivale al término hebreo de la Mishná jet (pecado) en gematría; y se arrojan los pecados al mar, lago o a un río mediante la ceremonia del tashli, la primera tarde de Rosh Hashaná o en la segunda si el primer día cae en Shabat (día de descanso).
Rige la costumbre de poner en la mesa durante las dos cenas de Rosh Hashaná manzanas con miel, dátiles, granadas, acelgas, poros o puerro, alubias y calabaza.
En esta fiesta hay que comer, beber y alegrarse, por lo que se prohíbe ayunar. Se acostumbra presentar la mesa con frutas y verduras y hay quienes comen pescado como un signo del deseo de multiplicarse como los peces, especialmente, si la festividad cae en Sábado, aunque hay quienes se abstienen de hacerlo.
Fuentes: Israel Gráfico, Comunidad Judía de Tenerife